El Boom del Crédito y su Contracara:
La Morosidad en el Sistema Financiero Argentino.
NOTICRED
Raúl Ostengo
6/24/20255 min read


El Boom del Crédito y su Contracara: La Morosidad en el Sistema Financiero Argentino.
El Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del Banco Central de la República Argentina (BCRA), recientemente publicado (23/6/25 13:40) correspondiente a junio de 2025, nos pinta un cuadro de dos caras sobre el crédito en el país. Por un lado, una expansión celebrada que marca un bienvenido "crowding in" del financiamiento al sector privado. Por otro, el aumento de la morosidad, especialmente en los préstamos a familias, que ya enciende luces de advertencia para la industria de créditos y cobranzas.
La Euforia del Crédito: Un Crecimiento Impetuoso
Tras años de contracción, el sistema financiero ha vuelto a su rol fundamental: prestar. Impulsado por un nuevo marco de política económica, el saldo real de crédito bancario en pesos al sector privado se disparó un 88,9% interanual. Este crecimiento es generalizado, pero son las familias el motor principal de esta dinámica.
El informe del BCRA detalla que la exposición a los hogares representa hoy el 18,2% del activo de los bancos, con los préstamos personales y las tarjetas de crédito como protagonistas. Esta tendencia es palpable en el mercado; según publicaciones recientes de medios como Ámbito Financiero y El Cronista, las entidades bancarias han lanzado agresivas campañas de préstamos personales y han ampliado los límites de las tarjetas, buscando capitalizar la estabilización macroeconómica y la desaceleración de la inflación que mejoran, en teoría, la capacidad de pago.
La Señal de Alerta: La Mora Familiar en Ascenso
Aquí es donde la historia se vuelve más compleja. El IEF es claro: el aumento del ratio de irregularidad del sistema (que llegó al 2%) fue impulsado "principalmente por el segmento de las familias".
Algunos datos clave del informe que todo especialista en riesgo debe observar:
Mora Familiar: El indicador de morosidad de los hogares alcanzó el 3,3% en marzo de 2025 , un nivel que, si bien no es un récord, se acerca al promedio histórico y enciende una luz amarilla.
Foco en Consumo: La irregularidad se concentra en las líneas sin garantía real. Los préstamos personales treparon a un 4,1% de mora, mientras que las tarjetas de crédito alcanzaron un 2,8%.
La Carga de la Deuda: Este es, quizás, el dato más preocupante. El peso de las cuotas sobre los ingresos de los trabajadores formales (carga financiera) escaló hasta el 18,7% de la masa salarial. Este nivel está muy cerca del pico máximo de 2018, lo que sugiere que el margen de las familias para asumir nuevas deudas o soportar imprevistos es cada vez más estrecho.
Este fenómeno es consistente con análisis de consultoras privadas, que han advertido sobre el impacto del sinceramiento de tarifas y la inflación acumulada en el poder adquisitivo, lo que presiona directamente sobre la capacidad de pago de las deudas de consumo.
Análisis de la Situación: ¿Un Crecimiento Sostenible?
La situación actual es un delicado equilibrio. La expansión del crédito es vital para la reactivación económica, pero el deterioro en la calidad de la cartera de consumo plantea interrogantes. ¿Están los modelos de scoring y originación de crédito adaptados a la velocidad de esta nueva realidad?
El "análisis de cosechas" del BCRA sugiere que los préstamos otorgados en la segunda mitad de 2024 (en pleno despegue del crédito) muestran, por ahora, un mejor comportamiento que los de fines de 202313. Sin embargo, el verdadero desafío será monitorear estas carteras a medida que maduren en un contexto donde el salario real todavía lucha por recuperarse.
La Resiliencia del Sistema: Un Colchón de Seguridad
Afortunadamente, el sistema no está desprotegido. El informe del BCRA subraya que las entidades financieras cuentan con una robusta línea de defensa:
Elevadas Previsiones: Los bancos tienen provisionado el 147,6% de la cartera irregular total, un colchón significativo para absorber pérdidas.
Sólido Capital: El exceso de capital regulatorio representa un 41,7% del crédito al sector privado (neto de previsiones), lo que brinda una gran solvencia.
El Costo Oculto: El Peso de los Impuestos en Cada Cuota
Aquí yace uno de los grandes obstáculos estructurales. El propio IEF del BCRA, en su cuadro de rentabilidad, muestra una línea de "Impuestos y otros" que representa un costo significativo para las entidades. Como han señalado repetidamente cámaras como la Asociación de Bancos de la Argentina (ADEBA) en diversos comunicados, la carga tributaria sobre el crédito es una de las más altas de la región.
Esta carga se compone de una verdadera "cascada" de tributos que impactan en el costo final:
IVA sobre los intereses: Un 21% que se aplica directamente sobre los componentes financieros de la cuota.
Impuesto a los Ingresos Brutos: Un impuesto provincial que, al ser considerado un costo por las entidades, se traslada al precio final. Las alícuotas para la actividad financiera son especialmente elevadas, promediando entre 7% y 9% según la jurisdicción.
Impuesto a los Débitos y Créditos: Conocido como "impuesto al cheque", grava todas las transacciones, elevando los costos operativos que inevitablemente se incorporan al costo del crédito.
¿Cuánto podría abaratarse el crédito?
Si bien el IEF no realiza proyecciones sobre reformas fiscales, el análisis es directo. Según estimaciones de institutos como el IERAL de la Fundación Mediterránea y otras consultoras económicas, el componente impositivo puede llegar a representar entre un 30% y un 40% del Costo Financiero Total (CFT) de un préstamo.
Una morigeración, sobre todo en impuestos distorsivos y no coparticipables como Ingresos Brutos, tendría un impacto directo y sustancial. No hablamos de una reducción marginal. Una reforma fiscal en este sentido podría:
Reducir la cuota final de manera significativa para familias y PyMEs.
Ampliar el universo de sujetos de crédito, al hacer que las cuotas sean accesibles para un segmento mayor de la población.
Fomentar una demanda de crédito más sana y sostenible, menos dependiente de la necesidad de cubrir descubiertos y más orientada a la inversión y el consumo duradero.
Conclusión para el Sector
Nos encontramos en un punto de inflexión. Para los originadores de crédito, el desafío es crecer sin sacrificar la calidad, refinando los análisis de riesgo para un entorno volátil. Para los equipos de cobranzas, es momento de anticiparse. El aumento de la carga financiera en las familias es un indicador líder que anticipa un mayor flujo de trabajo. Será crucial implementar estrategias de cobranza temprana y de gestión de deudas que sean eficientes y empáticas, entendiendo la presión que enfrentan los hogares.
El mensaje es claro: el crédito ha vuelto, pero la prudencia y la gestión de riesgo son más importantes que nunca.
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